Al sol le cuesta levantar un frío que se agarra a la tierra. El viento se lleva al poco aire calmo y tibio que pudiese quedar el algún rincón.
Tengo la cabeza cargada. Me siento bombardeado por acontecimientos, planes, desafíos, decisiones... No me apetece salir y sentir al frío y al aire. Busco un calor y un resguardo que no encuentro.
Empecé a escribir estas líneas antes de que el invierno borrase de un plumazo cualquier atisbo de calor. Últimas semanas de dura inclemencia que empujan a buscar, ya no refugio, sino un nuevo horizonte. Segur aquí es la muerte, seca, fría, feroz