domingo, 13 de junio de 2021

tormenta

Ha descargado una violenta tormenta. Las ráfagas de aire me hacían temer por los árboles del jardín. Se zarandeaban agitados por una mano vigorosa que parecía querer desgajarlos.

Qué bendición tener donde refugiarse, desde donde poder asomarse para sentir sobre el rostro, desde la seguridad, el vendabal y la lluvia. Esta tarde asomado a una ventana, a resguardo, recordaba tormentas pasadas, al decubierto, a la intemperie, sin protección alguna.

Y esta tarde vuelvo a sentir esa maldición del silencio, de los abrazos vacíos, de las manos tendidas al aire. De no encontrar calor, cobijo, descanso.


¿Dónde estás que pueda yo buscarte?


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