viernes, 11 de junio de 2021

Viaje a Portugal 2. Stelia

Domingo noche en mi apartamento. Empiezan a asaltarme la inquietud y las preguntas se multiplican: ¿cómo será la empresa?, ¿tendremos una primera reunión con los responsables de RRHH y Calidad?, ¿cómo serán las instalaciones?, ¿y los alumnos?... dedico un rato a preparar el material del primer día y veo con horror que me he dejado el cargador del portátil en casa.

A la mañana desayuno una infusión y unos yogures. Bajo puntual a la calle y constato la impuntualidad de L que va a ser norma el resto de la semana. Llevo puesta una de las camisas bordadas con el logo que me han dado, corbata y chaqueta que oculta pudorosamente ese logo que me resulta demasiado llamativo.

Llegamos a las instalaciones a las 8 en punto, aunque habíamos previsto estar media hora antes por los trámites y controles a la entrada. Sencillamente están reducidos al mínimo. De hecho, sorprendentemente, en el interior no hay control de acceso alguno, se puede acceder a todas las dependencias y todas las puertas se pueden abrir.

Nos reciben directamente los alumnos, aparece fugazmente la responsable de RRHH a la que pido hacer un recorrido por las instalaciones para ver el trabajo que realizan. Accede muy servicial pero nos guían los propios alumnos. Me quedo un poco desconcertado.

Sin más prolegómenos empezamos el curso y me veo obligado a hacer una presentación del mismo que suponía haría la dirección y el propio L. Improviso y las tablas me sacan del apuro.

A partir de ahí comienza una semana intensísima: 8 horas de clase, 3/4 de hora para comer y tardes dedicadas a preparar la jornada siguiente.

Para comer nos indican un pequeño restaurante que está a apenas 100 metros de la entrada. Por 6€ ofrecen un plato generoso, con guarnición de arroz y ensalada o patatas fritas, bebida postre y café. Más que suficiente. El primer día como con P y L y pido raya. Pregunta el camadero si comemos "con vino" y P cree que nos ofrece un pescado que se llama "convino", ¡menos mal que sabe portugués!. Nos reimos y comentamos esa primera mañana que nos hace ser optimistas. El resto de días como solo; bacalao, potas, verdinas.



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